18 marzo 2006

Capítulo 2 (hasta la fecha)

Martín era un hombre seguro de sí mismo, que no se espantaba ante nada, dotado de una férrea voluntad y una tranquilidad imperturbable, por ello dudé un instante al oir esa voz, entrecortada, temerosa, en la que se adivinaba la viva imagen del miedo.
- Martín, ¿eres tú? ¿Qué ocurre?
- Óscar, no podemos hablar, así no... Tenemos que vernos...ahora, es de vital importancia.
Tardé unos instantes en recapacitar. Vernos, ¿ahora? Aunque manteníamos el contacto bien por teléfono bien a través de largas misivas, hacía años que no teníamos un encuentro cara a cara.
- Martín, ¿estás en Niza? ¿Cuando llegaste, por qué no me has avisado? Tengo muchas cosas que comentarte, novedades relacionadas con...
-¡Shhhh! Nada de detalles, nos veremos esta tarde a las 18h en el Museo Bíblico Marc Chagall, estaré esperándote delante del lienzo "El Sacrificio de Isaac". ¡Sé puntual!
Tras esto, se oyó un "click" y colgó, y yo me quedé desconcertando preguntándome qué demonios podía estar pasando.

Ya sabía Martín que no necesitaba reclamarme puntualidad, pero ésta vez la ansiedad me podía. Era muy extraño el llamado, aunque conociéndole, podría ser que haya descubierto alguuna extraña profecía que luego comprobamos, no mucho más tarde, que no eran mas que fantasía. El es demasiado imaginiativo para mi gusto, no es para ésta profesión la ansiedad, no podemos inventar lo que no está escrito... Por ello investigamos, claro está, pero Martín... siempre queriendo descubrir la nueva Rosetta o algo así... y así lo creyó siempre. Sin mucho pensar, intrigado, intentando olvidar el tema hasta la hora del encuentro, confundido, seguí con mis lecturas.
Almorcé y dí una vuelta por el parque, sin sacarme de la cabeza la extraña perturbación de Martín, ya cada vez más extrañado, pensaba "El es tal o cual cosa, pero se lo oía preocupado de verdad" y quería dejarlo... "Pero estaba asustado... No era sorpresa, no era emoción! Que maldita cuestión traerá entre manos????" Cerca de las 17 salí hacia el Chagall... Otra cosa, nunca me gustó ese lugar... Por algo lo mío es lo paleo cristiano! Aunque los colorcillos no me harían mal para la angustia que me había generado aquel inesperado. No era desgano, es que todo me lo había planteado al revés de mi gusto... no sé como iba a hacer para demostrarle emoción al verle. Llegué y recorrí sin ver al primitivo Chagall, no logró el efecto que esperaba... Los turistas admirados, sorprendidos por tanta cristiandad multicolor... Yo? Me senté cerca del Sacrificio... faltaban 20 minutos. Miraba a Abraham envuelto en la flama de la pasión... y al angelito azul... casi me causaba gracia... Poca gente pasaba ya, en una hora cerrarían. Repicando mis dedos contra la madera de la silla, me fui poniendo peor... Las 18.20 y Martín que no llega... "Sé puntual me dijo???" Caminé hacia la entrada, esperando al candidato...

Una vez en la vida que me había puesto el reloj! y éste que no venía.
Por fin lo veo acercarse, siempre con su frente ancha pero sin resignación en la longitud de su cabellera restante... corriendo, muy flaco... Bueno él es flaco. Me cogió del brazo y me llevó al taxi, que, cinematógraficamente nos esperaba... Ni una palabra... Ya lo conocía yo, digo, su modo de ser, pero que decirle ahora? El tenía que hablar... No podía ser en su casa, no en la mía... fuimos al bar de Ahmed, al que íbamos cuando no podíamos presentarnos en otro sitio en nuestras épocas de uni. Entramos y antes de ordenar... Lo de siempre. Una ginebra con limón pura sin hielo y para mí la cerveza negra. Pedí y lo miré, encendí el primer cigarrillo y... "Bueno Martín, adelante... "

Martin me miraba pensativo. En sus ojos se podía ver una mezcla entre angustia y alegría.

- He descubierto algo... - me dijo aún pensativo
- Es evidente... - sonreí... No creo que te hayas movido desde Italia para darme un besito...

El humo de mi cigarro se disipaba poco a poco en el aire.

- No... esta vez es distinto... es algo que nunca había podído imaginar... - dijo mirando hacia los lados
- ¿Como aquella vez que acabaste en comisaría por intentar llevarte un monumento del museo? - mencioné con cierta ironía...
- No, en serio Oscar... sé que no me vas a tomar en serio hasta que lo veas

Su seriedad me empezaba a preocupar.

- Te lo cuento a ti porque eres el único que me puede creer... Cualquier otra persona me tomaría por loco con mi historial...

De hecho, yo tampoco es que le hicera mucho caso a veces...

- Pero a ver, ¿de que se trata? - pregunté intrigado
- He descubierto una puerta dimensional... - dijo totalmente serio
- QUE? - apenas pude aguantar la risa...
- Tienes que creerme Oscar, por eso he venido hasta aquí... Además te lo puedo demostrar...

Eso si que no pensaba perdermelo... Una demostración de una de las teorías de Martin que fracasan estrepitosamente en el último momento debido a una causa totalmente trivial que ni el puede demostrar.

- Después de almorzar acompañame a las afueras de St-Paul de Vence... ¿recuerdas la roca gigante donde ibamos hace años?
- Si - respondí... Me encantaba ese sitio, un prado verde donde te podías acostar a descansar junto a una gran roca que servía perfectamente de mesa para tomar algo mientras admirabas el paisaje y escuchabas sólo los ruidos de la naturaleza.
- Ahí fue donde lo conseguí ayer, creo poder volver a hacerlo...

Me gustaba la idea de creer a Martin, en cualquier otro caso no le hubiera dado importancia, pero su seriedad me indicaba que al menos el creía haber descubierto algo.

- Pero primero vamos a comer, me muero de hambre - respondió Martin por fin sonriendo algo...
- De acuerdo. Vamos allá...

Me moría de ganas por ver lo que Martin había descubierto.

-Oscar, ya sabes, no es que se den en cualquier lugar... pero la he hallado, al menos ésta es mía... bueno digo, la encontre yo!- Estaba tan excitado que no podía menos que asentir y alentarle con mis gestos, ya que no me salían palabras.
-Ya te acuerdas, aquella que pudimos comprobar en Argentina, en Córdoba... no es broma, no es ilusión... es la puerta hombre!- Yo lo miraba cómplice pero..... dudando.... Ya sabía yo de la ayahuasca y de los viajes castanédicos, por las puertas de la percepción, pero esto era real, al menos para él. NO era ensoñación...
-Encontre , Oscar, en St-Paul de Vence, en la roca el LUGAR donde podemos realizar viajes , tomando posesión exclusiva de los archivos energéticos donde hay legados de memoria que ahora podrremos recuperar. Lo más loco es que no necesitas estar en un un estado meditativo de acercamiento, trasladándote a nivel energético con tu cuerpo etérico, porque es más increíble... es La puerta Oscar!!!-
Yo pensaba, claro, la cercanía de agua... pero no, martín estaba más que empecinado... -Vamos- Le dije con mi acostumbrado desgano, sabiendo que es lo que él esperaba. Vamos a Saint Paul...

Comimos en una de las paradas del camino, en silencio casi. Yo lo miraba cada tanto. "Dame un tabaco Oscar"... "Y desde cuando fumas... digo, lo único era aquella tontera de la uni... jajajaja" "Nada, dame un tabaco" Pedimos un pescado como si lo degustaramos... "Oscar, tenes que verlo, solo tú puedes probar que lo que digo es real, pero es muy....." "Si, ya se, es demasiado para uno solo?" "Así es amigo, además... las revelaciones previas..." "Que revelaciones?? Que más hay?" "He conocido a un tipo, en mis excursiones... y me ha dicho cosas extrañas... El dice que puede ver el pasado pero más acertadamente el futuro..." Yo lo miraba sin reir porque me quedaba un poco de respeto... "me ha hablado del fin de la especie y de LOS QUE SABEN" "EHHHHHHHHH?" "Sí Oscar, me ha dado fechas, son lejanas, no puedo probarlo pero a su modo me habló de la puerta" "Anda, Martin...." Ya no aguanté más... "No peliculees hombre!" "No, nada de eso, él me ha hablado de cosas que podemos probar... Oscar, estas dispuesto en verdad?" "Claro hombre, claro q si... anda come el pescado que te va a reavivar!" Martin estaba mas relajado, con una sonrisa que demostraba su ausencia de soledad, ya... "Anda, vamos a la puerta" le dije palmeándole, sabiendo que conoce mi ironía, sabía que no se molestaría... Sonrió y salimos, un fuerte dolor le atacó la espalda... se tomó fuertemente el medio de la espina dorsal... "Estas bien???" "Si, solo me duele asi hace dias, es el stress..." Subimos al coche y seguimos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad que me alegro de que Martín tuviera el coche, no me apetecía nada conducir. Además dudo que me acordará del camino aún.

Despues de un par de horas conduciendo llegamos a Saint Paul. Todo seguía como de costumbre, tan bonito como en mis tiempos juveniles.

A través del cristal podía ver los verdes prados que tanto me gustaban de niño. Veía a otros niños corretear por ellos. Felices. Aún con el cristal herméticamente cerrado podía oir sus risas alegres. Sus carcajadas inocentes. Me preguntaba porque yo no podía ser asi de feliz.

- En 10 minutos estaremos en la roca... - dijo Martín mientras aminoraba la velocidad
- ¿Cómo es? - pregunté

Martín recapacitaba, como si quisiese preparar su frase...

- Todo el mundo conoce x, y, z. Las 3 dimensiones. Las posiciones laterales, la altura y la profundidad. Algunos incluso afirman que la 4 dimensión es el tiempo...
- Martín... - respondí aletargado...
- Bueno, pues imagina por un momento que existe una quinta dimensión, que aún nadie conoce...
- Una quinta dimensión?
- Si, se trata del mismo lugar... El mismo entorno, con ligeros cambios... Pero totalmente distinto. - entendía que la excitación de Martín apenas lo dejaba expresarse con claridad...
- O sea, un mundo paralelo... - respondí

- Exacto! - los ojos de Martín brillaban... Sentía pena por él. Sé que es una persona brillante e inteligente, pero muchas de sus ideas eran ilusiones y muy ingenuas. Se dejaba engañar facilmente.
- Creo que existe una frágil capa entre ese "universo", "mundo paralelo" o "dimensión", como lo quieras llamar... Todo lo que hagas allá repercute de alguna forma en el nuestro...
- Hemos llegado - dijo...

Salimos del coche. Enfrente nuestro se erguía la roca gigante. Los pocos rayos del sol del atardecer le daban a esa zona un aspecto majestuoso.

- ¿Y has visto a alguien allí? - pregunté intrigado...
- Ese es mi miedo, Oscar...

Anónimo dijo...

-Pero, Martin... -
Caminamos hacia la roca. Ya lo dije demasiadas veces... Pero, no estoy seguro si debí sentir pena por él. En ése mismo momento estaba yo más atrapado por la ansiedad y la curiosidad, que no podía ya juzgar las locuras de mi colega.
-Estaba yo...- Comenzó... Y yo mirándole como queriendo sacarle las palabras... cómo es mi hábito, insinuándole un "Anda hombre!!", ya no me quedaba tabaco asi es que prendí el último y lo compartimos. -Estaba yo....-Repitió, ya noté su miedo... -Y sentí la presencia... Sabes Oscar? Logré algunas cosas, yo sé e tu puedes lograr más...-
-Pero Martin, anda... Cómo que yo podré lograra más?- Me reía... aún. -Si, Oscar, si, puedes lograr mucho mas, sabes que de ésto sabemos los dos, te acuerdas de nuestro trabajo, aquel....- -Si si... el tonto trabajo sobre las dimensiones jajaja- Reía porque recordaba que en una noche de ronda, mirando la tele decidimos nuestro trabajo final sobre la "twiglight zone", que niñosssss. -No te rías tanto, en base a investigaciones poco serias, llámale asi Oscar, llegué a ésto.... Pero lo que más me asusta, más me preocupa... es que un viejo vino a hablarme JUSTAMENTE cuando acababa la prueba... Vino a hablarme sobre algo del mundo....- Martin me miraba esperando que le pregunte más... Yo lo miraba. Pues, entonces siguió... Me dijo... "Cuidado muchacho... cuidado. Y se quedó a un costado. Yo que estaba aún en mi frenesí no le dí atención. Cuando iba hacia el camino nuevamente lo miré casi con desprecio, permiteme decirlo, Oscar. Un viejo maloliente, casi crei que borracho... " Le interrumpí... "A veces vale lo que dicen Martin...." "Si Oscar siiiii, ya lo sé, sabes que no soy prejuicioso, pero este viejo era más un metiche que un testigo fiel... Y me habló de ciertos secretos... No le oí en principio.... Ahora necesito que lo sepas.... Por si algo me pasa... " Por que habre pensado que algo....