13 marzo 2006

Escribamos una historia (Capítulo 2)

El primer capítulo lo encontrarás aquí

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Martín era un hombre seguro de sí mismo, que no se espantaba ante nada, dotado de una férrea voluntad y una tranquilidad imperturbable, por ello dudé un instante al oir esa voz, entrecortada, temerosa, en la que se adivinaba la viva imagen del miedo.
- Martín, ¿eres tú? ¿Qué ocurre?
- Óscar, no podemos hablar, así no... Tenemos que vernos...ahora, es de vital importancia.
Tardé unos instantes en recapacitar. Vernos, ¿ahora? Aunque manteníamos el contacto bien por teléfono bien a través de largas misivas, hacía años que no teníamos un encuentro cara a cara.
- Martín, ¿estás en Niza? ¿Cuando llegaste, por qué no me has avisado? Tengo muchas cosas que comentarte, novedades relacionadas con...
-¡Shhhh! Nada de detalles, nos veremos esta tarde a las 18h en el Museo Bíblico Marc Chagall, estaré esperándote delante del lienzo "El Sacrificio de Isaac". ¡Sé puntual!
Tras esto, se oyó un "click" y colgó, y yo me quedé desconcertando preguntándome qué demonios podía estar pasando.

Anónimo dijo...

Ya sabía Martín que no necesitaba reclamarme puntualidad, pero ésta vez la ansiedad me podía. Era muy extraño el llamado, aunque conociéndole, podría ser que haya descubierto alguuna extraña profecía que luego comprobamos, no mucho más tarde, que no eran mas que fantasía. El es demasiado imaginiativo para mi gusto, no es para ésta profesión la ansiedad, no podemos inventar lo que no está escrito... Por ello investigamos, claro está, pero Martín... siempre queriendo descubrir la nueva Rosetta o algo así... y así lo creyó siempre. Sin mucho pensar, intrigado, intentando olvidar el tema hasta la hora del encuentro, confundido, seguí con mis lecturas.
Almorcé y dí una vuelta por el parque, sin sacarme de la cabeza la extraña perturbación de Martín, ya cada vez más extrañado, pensaba "El es tal o cual cosa, pero se lo oía preocupado de verdad" y quería dejarlo... "Pero estaba asustado... No era sorpresa, no era emoción! Que maldita cuestión traerá entre manos????" Cerca de las 17 salí hacia el Chagall... Otra cosa, nunca me gustó ese lugar... Por algo lo mío es lo paleo cristiano! Aunque los colorcillos no me harían mal para la angustia que me había generado aquel inesperado. No era desgano, es que todo me lo había planteado al revés de mi gusto... no sé como iba a hacer para demostrarle emoción al verle. Llegué y recorrí sin ver al primitivo Chagall, no logró el efecto que esperaba... Los turistas admirados, sorprendidos por tanta cristiandad multicolor... Yo? Me senté cerca del Sacrificio... faltaban 20 minutos. Miraba a Abraham envuelto en la flama de la pasión... y al angelito azul... casi me causaba gracia... Poca gente pasaba ya, en una hora cerrarían. Repicando mis dedos contra la madera de la silla, me fui poniendo peor... Las 18.20 y Martín que no llega... "Sé puntual me dijo???" Caminé hacia la entrada, esperando al candidato...

Anónimo dijo...

Una vez en la vida que me había puesto el reloj! y éste que no venía.
Por fin lo veo acercarse, siempre con su frente ancha pero sin resignación en la longitud de su cabellera restante... corriendo, muy flaco... Bueno él es flaco. Me cogió del brazo y me llevó al taxi, que, cinematógraficamente nos esperaba... Ni una palabra... Ya lo conocía yo, digo, su modo de ser, pero que decirle ahora? El tenía que hablar... No podía ser en su casa, no en la mía... fuimos al bar de Ahmed, al que íbamos cuando no podíamos presentarnos en otro sitio en nuestras épocas de uni. Entramos y antes de ordenar... Lo de siempre. Una ginebra con limón pura sin hielo y para mí la cerveza negra. Pedí y lo miré, encendí el primer cigarrillo y... "Bueno Martín, adelante... "

Anónimo dijo...

Martin me miraba pensativo. En sus ojos se podía ver una mezcla entre angustia y alegría.

- He descubierto algo... - me dijo aún pensativo
- Es evidente... - sonreí... No creo que te hayas movido desde Italia para darme un besito...

El humo de mi cigarro se disipaba poco a poco en el aire.

- No... esta vez es distinto... es algo que nunca había podído imaginar... - dijo mirando hacia los lados
- ¿Como aquella vez que acabaste en comisaría por intentar llevarte un monumento del museo? - mencioné con cierta ironía...
- No, en serio Oscar... sé que no me vas a tomar en serio hasta que lo veas

Su seriedad me empezaba a preocupar.

- Te lo cuento a ti porque eres el único que me puede creer... Cualquier otra persona me tomaría por loco con mi historial...

De hecho, yo tampoco es que le hicera mucho caso a veces...

- Pero a ver, ¿de que se trata? - pregunté intrigado
- He descubierto una puerta dimensional... - dijo totalmente serio
- QUE? - apenas pude aguantar la risa...
- Tienes que creerme Oscar, por eso he venido hasta aquí... Además te lo puedo demostrar...

Eso si que no pensaba perdermelo... Una demostración de una de las teorías de Martin que fracasan estrepitosamente en el último momento debido a una causa totalmente trivial que ni el puede demostrar.

- Después de almorzar acompañame a las afueras de St-Paul de Vence... ¿recuerdas la roca gigante donde ibamos hace años?
- Si - respondí... Me encantaba ese sitio, un prado verde donde te podías acostar a descansar junto a una gran roca que servía perfectamente de mesa para tomar algo mientras admirabas el paisaje y escuchabas sólo los ruidos de la naturaleza.
- Ahí fue donde lo conseguí ayer, creo poder volver a hacerlo...

Me gustaba la idea de creer a Martin, en cualquier otro caso no le hubiera dado importancia, pero su seriedad me indicaba que al menos el creía haber descubierto algo.

- Pero primero vamos a comer, me muero de hambre - respondió Martin por fin sonriendo algo...
- De acuerdo. Vamos allá...

Me moría de ganas por ver lo que Martin había descubierto.

Anónimo dijo...

-Oscar, ya sabes, no es que se den en cualquier lugar... pero la he hallado, al menos ésta es mía... bueno digo, la encontre yo!- Estaba tan excitado que no podía menos que asentir y alentarle con mis gestos, ya que no me salían palabras.
-Ya te acuerdas, aquella que pudimos comprobar en Argentina, en Córdoba... no es broma, no es ilusión... es la puerta hombre!- Yo lo miraba cómplice pero..... dudando.... Ya sabía yo de la ayahuasca y de los viajes castanédicos, por las puertas de la percepción, pero esto era real, al menos para él. NO era ensoñación...
-Encontre , Oscar, en St-Paul de Vence, en la roca el LUGAR donde podemos realizar viajes , tomando posesión exclusiva de los archivos energéticos donde hay legados de memoria que ahora podrremos recuperar. Lo más loco es que no necesitas estar en un un estado meditativo de acercamiento, trasladándote a nivel energético con tu cuerpo etérico, porque es más increíble... es La puerta Oscar!!!-
Yo pensaba, claro, la cercanía de agua... pero no, martín estaba más que empecinado... -Vamos- Le dije con mi acostumbrado desgano, sabiendo que es lo que él esperaba. Vamos a Saint Paul...

Anónimo dijo...

Comimos en una de las paradas del camino, en silencio casi. Yo lo miraba cada tanto. "Dame un tabaco Oscar"... "Y desde cuando fumas... digo, lo único era aquella tontera de la uni... jajajaja" "Nada, dame un tabaco" Pedimos un pescado como si lo degustaramos... "Oscar, tenes que verlo, solo tú puedes probar que lo que digo es real, pero es muy....." "Si, ya se, es demasiado para uno solo?" "Así es amigo, además... las revelaciones previas..." "Que revelaciones?? Que más hay?" "He conocido a un tipo, en mis excursiones... y me ha dicho cosas extrañas... El dice que puede ver el pasado pero más acertadamente el futuro..." Yo lo miraba sin reir porque me quedaba un poco de respeto... "me ha hablado del fin de la especie y de LOS QUE SABEN" "EHHHHHHHHH?" "Sí Oscar, me ha dado fechas, son lejanas, no puedo probarlo pero a su modo me habló de la puerta" "Anda, Martin...." Ya no aguanté más... "No peliculees hombre!" "No, nada de eso, él me ha hablado de cosas que podemos probar... Oscar, estas dispuesto en verdad?" "Claro hombre, claro q si... anda come el pescado que te va a reavivar!" Martin estaba mas relajado, con una sonrisa que demostraba su ausencia de soledad, ya... "Anda, vamos a la puerta" le dije palmeándole, sabiendo que conoce mi ironía, sabía que no se molestaría... Sonrió y salimos, un fuerte dolor le atacó la espalda... se tomó fuertemente el medio de la espina dorsal... "Estas bien???" "Si, solo me duele asi hace dias, es el stress..." Subimos al coche y seguimos...

Anónimo dijo...

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